Clarins. Made in France.
El 15 de marzo de 1954, en la calle Tronchet de París, Jacques Courtin-Clarins crea el primer Instituto Clarins, en sus inicios creando, fabricando y vendiendo perfumes en un pequeño local de 9 metros cuadrados. Nada hacía pensar que, a base de mucho esfuerzo y dedicación, décadas después se convertiría en una de las firmas de cosmética más prestigiosas del mundo, con una visión pionera: la estética, el bienestar y la salud son inseparables.
Es el primero en formular y aplicar una visión holística tan audaz. En las portadas de las revistas, las estrellas presumen de silueta. Es hora de liberar el cuerpo y la mente. Una revolución que Jacques Courtin-Clarins guiará allí donde la belleza ha ocupado siempre un lugar especial.
El éxito es inmediato y rápidamente se hace mundial. Ya en los 80, se consolidó como empresa de belleza expandiéndose internacionalmente, cotizando en bolsa y continuando con sus investigaciones en el terreno de las plantas y aunándolo con una filosofía de respeto al medio ambiente.
Jacques Courtin y su hijo, Christian, heredero de la marca, fueron pioneros en la concienciación de la población acerca de los efectos de la polución en la piel y el uso de plantas para cosméticos. Su lema: «las plantas nos ofrecen todo lo que necesitamos».
El grupo ha ido creciendo espectacularmente situándose como líder europeo en tratamientos de belleza de alta gama. Desde 1996, está implantado en nuestro país, donde comercializa toda la gama de productos.
Hoy en día, continúa creando y fabricando sus productos exclusivamente en Francia y se mantiene fiel a su principio original: escuchar para ofrecer los mejores tratamientos. Los más seguros, los más naturales y los más eficaces.
Clarins We Care
En sus propias palabras, el objetivo de Clarins es hacer la vida más bella y, más allá de eso, utilizar su pasión y determinación para hacer del mundo un lugar mejor y recuperar su belleza. Fieles a estos valores, su estrategia de RSC va unida a su estrategia empresarial.
Ambas forman parte de este enfoque “Clarins We Care” que reúne todas sus iniciativas y compromisos con la sociedad y el medio ambiente para tener una visión de conjunto. Les insta a cumplir su doble promesa: cuidar de las personas y del planeta todos los días.
“Queremos ser ejemplares para ti, para nosotros, para la sociedad y para el planeta.“
Gracias a las plantas, Clarins cultiva y cuida la belleza. Consciente de debérselo todo a la naturaleza, tanto en sus ingredientes como en la materia prima de sus embalajes, Clarins trata el medio ambiente con respeto y mantiene su compromiso a través de un elenco de iniciativas originales encaminadas a la protección de la biodiversidad.
En 1991 dejó de utilizar los principios activos de origen animal y tampoco testa con animales.
Colaboradora y creadora de varias fundaciones, ha logrado su objetivo de convertirse en una empresa neutra de carbono y su próximo objetivo es alcanzar la “B Corporation” en 2023.
Pionera en la lucha contra los efectos perjudiciales de la contaminación en la piel, Clarins trata de prevenirla reduciendo al máximo el impacto de sus propias actividades. En Clarins, la responsabilidad medioambiental se traduce en una estrategia de mejora continua que se manifiesta en el día a día de la empresa, desde la selección de los ingredientes y el diseño de los productos hasta su comercialización, pasando por la gestión de los centros de producción.
Clarins aplica una política de ingredientes muy estricta. No utiliza plantas en vías de extinción y cumple las directivas internacionales encaminadas a proteger el medio ambiente, como la Convención de Río de Janeiro y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Clarins da prioridad a lo vegetal, los ingredientes obtenidos de la agricultura biológica, las plantas de cultivo local y, si proceden de destinos lejanos, las plantas con un suministro conforme a las reglas del comercio justo.
“La naturaleza, fuente de inspiración inagotable, es frágil y debe tratarse con respeto.»
Dr. Olivier Courtin-Clarins, presidente del consejo de administración.
Bosque Clarins
Clarins lleva a cabo acciones sobre el terreno, locales y concretas de protección de la biodiversidad. Precursor en su preocupación medioambiental, es en los años 1990, en el momento del lanzamiento de su vanguardista maquillaje Anti-Contaminación, que Clarins se compromete con la preservación de la rica biodiversidad alpina continuado con actividades similares durante toda su trayectoria.
Una de estas actividades en la línea con los compromisos de protección del medio ambiente del grupo para transmitir un mundo más bello, ha sido la colaboración con Bosquia a través de la filial española de Clarins creando juntos el primer bosque Clarins en España.
Un bosque de especies autóctonas que recupera un área degradada de Miraflores de la Sierra en Madrid. Un terreno en el que se ha llevado a cabo una reforestación con 1.000 árboles autóctonos, robles, encinas y pinos que conforman un bosque mixto de especies arbóreas y arbustivas.
Esta acción está encaminada a la preservación de los ecosistemas autóctonos. En este sentido, Clarins financia en la actualidad más de 10 proyectos en todo el mundo para los cuales esta plantación suma 1240 ejemplares que revitalizarán el entorno perpetuándose como un sumidero de carbono capaz de compensar la emisión de 250 toneladas de CO2.
En sus objetivos de concienciación y difusión de su mensaje de protección de la naturaleza, Clarins confió en Bosquia para organizar una original actividad de adopción, que consistió en el envío de 240 árboles a personal voluntario de la compañía que los cuidó en sus hogares durante tres meses.
Este tipo de iniciativa se desarrolló de acuerdo a los estándares de calidad de Bosquia, que realiza las plantaciones en alveolo, plantando pequeños árboles que tienen muchas más posibilidades de arraigar y perdurar que las semillas. Gracias a esta técnica los voluntarios pudieron cuidar estos alveolos hasta que su grado de crecimiento fue idóneo para su plantación.