Otovo
Nace en 2016, en Noruega. Una empresa pequeña de energía solar con un proyecto ambicioso que supone un gran reto: fomentar el autoconsumo y luchar contra el cambio climático.
En 2017 da su primer paso hacia la expansión, su primera venta en Suecia, abriendo poco tiempo después la primera oficina en este país.
En 2018 llega al mercado francés y sella la alianza con In Sun We Trust, conocida empresa de autoconsumo con sede en París.
España es el país europeo con la mayor capacidad de producción fotovoltaica de Europa. A finales de 2019 abren su oficina en el país.
2020 fue un año de pleno crecimiento. Además de ampliar las plantillas en todos los mercados existentes, la expansión europea continua, abriendo oficinas en Polonia e Italia. Además, se establece la primera colaboración fuera de las fronteras europeas: Holu llega a Brasil para fomentar el autoconsumo.
En 2021 lograron su salida a Bolsa, acelerando aún más su expansión y abriendo otras oficinas como la situada en Alemania.
Una escalada vertiginosa para una empresa comprometida con la energía limpia que consigue su objetivo y revoluciona el sector del autoconsumo ofreciendo la mejor rentabilidad a la inversión de sus clientes democratizando la energía solar.
Su servicio de alquiler de instalaciones fotovoltaicas para el autoconsumo sin ningún tipo de inversión inicial hace que la energía solar llegue a cualquier hogar.
La huella de carbono
Una de las principales herramientas de la lucha contra el cambio climático, implícita en la naturaleza de Otovo es reducir la huella de carbono mediante su actividad. Esta huella Se utiliza como un indicador clave ambiental y es por ello que trabajan con los mejores fabricantes de materiales fotovoltaicos que tienen la sostenibilidad como objetivo.
La energía solar fotovoltaica es de las que menos contaminan. Según los cálculos, a través de la energía fotovoltaica la huella de carbono se incrementa con menos de 30 gramos de CO2 por kWh.
Con 10,8 MWp instalados durante 2020, considerando que la vida útil de su sistema fotovoltaico es de 30 años, han logrado reducir la emisión de carbono en 98.230 toneladas sólo durante este año.
Otovo no solo se basa en sus instalaciones y clientes facilitando la instalación de la energía solar, también divulga sobre la huella de carbono ayudando a realizar los cálculos de huella y concienciando sobre la importancia que tiene su reducción.
Una empresa comprometida desde su raíz más elemental con la protección del medio ambiente que une fuerzas con Bosquia de manera sinérgica ya que la reforestación es una de las mejores herramientas para la compensación de la huella.
Anualmente, se genera más contaminación por la pérdida de bosques, que por emisiones de todo el transporte mundial. Un problema que la reforestación ayuda a reducir de manera significativa.
Un árbol tiene la capacidad de absorber un promedio de 40 kilogramos de CO2 al año, mientras los árboles crecen, absorben el CO2 de la atmósfera y lo convierten en carbono que se almacena en su tronco, raíces y hojas a la vez que producen oxígeno.
El bosque Otovo
El compromiso de Otovo con la reducción de la huella de carbono se materializa en España a través de Bosquia recuperando una zona de importancia estratégica en Huelva, de importante paso de aves migratorias al entorno del parque natural de Doñana.
Este ecosistema se ha recuperado con la plantación de 1200 árboles de diversas especies autóctonas, entre ellas encinas, robles, madroños, cerezos, nogales etc. Los ejemplares han sido seleccionados entre especímenes de la zona para que su memoria genética sea idónea para su desarrollo. De esta forma el bosque crecerá con las mismas características que si lo hiciese de manera natural.
La plantación se ha realizado mediante alveolo, una técnica que consiste en la introducción de un pequeño árbol que ha sido cuidado lo suficiente para que llegue en plenas condiciones a la naturaleza asegurando su arraigo y crecimiento con muchas mas posibilidades que la plantación con semillas.
Dentro del compromiso de Otovo por la concienciación sobre la huella de carbono, estos árboles han sido plantados en nombre de sus clientes, obsequiando a cada nueva instalación con la plantación de un árbol que puede seguirse mediante un código QR facilitado en un certificado que ratifica cada árbol introducido en este hábitat e incluye una fotografía del ejemplar asignado.
Los clientes de Otovo no solo reducen su huella instalando energía solar sino que con cada instalación ponen su granito de arena para el crecimiento y la proliferación de este bosque que tiene la capacidad de absorber 48.000 kg de CO2.